14/01/2021

Ha llegado "El príncipe de los humanistas"

Corría el año 1466 cuando comenzó mi vida, un buen 28 de octubre de ese mismo año, nací en la ciudad de Rotterdam y no vería la "luz del túnel" hasta el 12 de julio del año 1536, fui clérigo regular de San Agustín durante el año 1488 y sacerdote en el 1492, pero a decir verdad, la vida religiosa no me gustaba nada, en mi opinión estaba plagada de barbarie e ignorancia, no tardé mucho en irme de allí, para ser exacto al año siguiente en el 1493, eso si, me fui por todo lo alto como secretario del obispo de Cambrai. 
Seguramente estaréis pensando ¿Quién soy yo? Pues es evidente, Desiderio Erasmo de Rotterdam, Erasmo de Rotterdam para los amigos. Os adjunto un "selfie" de aquella época realizado por mi gran amigo Hans Holbein el Joven.
Ya en el año 1495, curse varios estudios en la preciosa ciudad de París, también visité Inglaterra en tres veces, durante los años 1499, 1505-1506 y 1509-1514, allí conocí a dos muy buenos amigos, Jane Colet y Tomás Moro, fue en su casa, he de decir que es una persona muy hospitalaria, donde escribí una de mis grandes obras "Elogio de la locura", ya os hablaré de esto otro día, después me dediqué a impartir clases de teología y griego en Cambridge. 
Visité también ciudades romanas como Padua, Siena o Roma en 1509 y algunas alemanas en 1514. Fui acogido muy amablemente dentro de los ámbitos humanísticos, incluso el papa León X me permitió dejar de vestir el hábito para que pudiera ver el mundo y observarlo a través de mis ojos, además, me nombraron consejero del emperador Carlos V, a quién le dediqué una de mis obras más famosas, "Educación del príncipe cristiano", allá por el año 1516, la verdad es que me gustaba apuntar alto en la vida, no me escondo. 
Algunos me llegaron a considerar un hereje, por preparar el terreno para la Reforma protestante, un hombre de letras alejado de la religión o un nacionalista, otros me consideraron un moralista e incluso hasta un renovador del cristianismo, aunque a decir verdad, yo solo quería unir el humanismo clásico y la dimensión espiritual con el carácter no beligerante que tanto me caracterizaba unido a la fidelidad a la Iglesia, fui conocido por condenar todas las guerras, reclamar el conocimiento directo de la escritura y renuncié a la pretensión del clero y del resto de las órdenes religiosas para que ostentaran el monopolio de la virtud

Tutorial de como afrontar la muerte by Erasmo de Rotterdam

Bueno ha llegado el momento de finalizar nuestra pequeña travesía en la que nos hemos ido conociendo y he de deciros que ha sido todo un placer compartir mis vivencias con todos vosotros/as, dicho esto quiero hablaros del breve ensayo que realicé llamado "Preparación para la muerte". Mi libro comienza con una cita de Aristóteles que dice lo siguiente: "de todas las cosas terribles, la más terrible es la muerte”, llego a entender al hombre como un ser peregrino con esto quiero decir que toda la vida no es ni mas ni menos que un camino que se recorre hacía la muerte. 
La muerte no hace diferencias con nadie, afecta a todo el mundo por igual, ya sean reyes, ricos, campesinos o mendigos a todos nos llega por igual. Me gusta dejar claro en este libro al igual que Eclesiastés, que el mejor momento es el de la muerte y ante el único que nos podemos preparar ya que, como decía este autor: “es mejor el día de la muerte que del nacimiento”, debido a que la infancia no la sientes, la adolescencia sucede tan rápido que apenas se disfruta solo que tener esperanzar en otra vida. He podido observar como es muy frecuente que las personas se prometan así mismos en el futuro una vida mejor, cambiar su propia vida en definitiva, ser mejores personas, pero ¿Cómo pueden estar esas personas tan seguras de que vivirán en el futuro?, por lo tanto, mi recomendación es siempre realizar un testamento con tiempo de sobra, sin embargo, algunas personas deciden rechazar la elaboración del mismo por temor a morir, pero esto no es así, no es para morir antes sino para morir más tranquilo. Este testamento ha de ser lo más claro posible sin espacio ninguno a que existan ambigüedades, la vida no debe ser simplemente acumular riquezas y "vivir como un rey", dado que no tiene sentido, no se debe caer en la avaricia dado que no se tiene realmente algo sino se es capaz de darlo a alguien. 
En definitiva cualquier ser humano debe prepararse para la muerte, encargarse de su vida, la muerte además, nos puede impulsar a tener una vida mucho más verdadera y realista. A la edad de 61 años ya comencé a prepararme para la muerte donando todos los libros de mi biblioteca. En lo que respecta a mi caso, fallecí en el año 1529 en Basilea, alrededor de una edad de setenta años ya viejo y cansado, por otro lado mis amigos Fisher y Moro habían sido ejecutados en el año 1535, siendo mi postura una vez más, ambigua. 

02/01/2021

A velocidad de adagio

 Hola de nuevo, una vez más vuestro escritor favorito con vosotros, hoy vengo a hablaros de una de mis obras más características, los adagios. En esta obra realicé una recopilación (unos cuatro mil enunciados en total) de algunos enunciados de diferentes personajes como Plutarco, Diógenes LaercioAristóteles, Cicerón, Platón etc. Se encuentra repartido en unas catorces secciones, en los prolegómenos queda muy claro la relación de este tipo de género con otros, como utilizarlos así como las cuestiones surgidas en torno a estos proverbios. 

Llevé a cabo esta recopilación con el fin de utilizarlos en las clases de retórica, se encuentran algunos que considero como "demasiados humildes", estos proverbios gozan de gran utilidad en función de para que se utilicen y además, llevan una gran carga filosófica. Aquí os dejo algunos de los proverbios que utilice en mi gran obra "Elogio de la Locura".

"Conócete a ti mismo", "La verdad está en el vino", "Quien no es dueño de sí mismo quiere adueñarse de Samos", "Las cosas son comunes entre amigos", "Jamás hagas un favor a un viejo" o "Porque no hay árbol bueno que dé fruta podrida ni hay árbol podrido que dé fruta buena".

01/01/2021

Carlos V me esperaba y el príncipe llegaba

Hoy vengo a hablaros de una de mis obras más famosas, "La educación de un príncipe cristiano", dedicada a nuestro queridísimo monarca Carlos V, y así mismo ligada a mi pensamiento.  Esta obra está dedicada al monarca mencionado anteriormente, con esta obra buscaba educar de la mejor manera posible a un príncipe, para ello, debe de contar con un preceptor con las siguientes funciones: El preceptor debe elegir a los amigos del príncipe y por supuesto, educarle corrigiendo los "malos hábitos" e inculcarle las artes nobles. 

Este preceptor debe estar dispuesto a utilizar diversos medios, como los textos literarios o pedagógicos, por supuesto, nada de lecturas sobre temas violentos, guerras o conflictos, se debía de educar al príncipe con la visión de un mundo mejor. Buscaba que el gobernante fuera una especie de "gobernante filósofo", sin embargo, la única diferencia es que la verdadera sabiduría es la moral cristiana por supuesto. 

Con respecto a las obligaciones que debe tener un buen gobernante, debe evitar a los aduladores, conseguir, por supuesto, el afecto de sus súbditos y seleccionar adecuadamente a sus funcionarios, con respecto a la economía, se debe fomentar las obras públicas así como la promoción de la agricultura y en la política educativa, centrarse en asegurar la educación de toda la población posible.

En lo que respecta a política exterior, siempre me he centrado en la búsqueda de la paz, esto queda constatado en mi obra "Lamento de la paz", y para ello se ha de tener en cuenta tres factores fundamentales del hombre, siendo el primero de ellos la naturaleza, que es algo común entre los seres vivos y ,por tanto, dirige su principio de armonía. Por otro, se encuentra la razón, esto te otorga el privilegio dentro de la naturaleza y te permite alcanzar la vida dentro de la sociedad. Finalmente se halla la gracia o sobrenaturaleza, o lo que es lo mismo, el don que se recibe del cristianismo y que conlleva el amor al prójimo. 

En esta obra deje una serie de pautas con las que establecer una política pacifista y es algo que hay que tener en cuenta, por un lado, se han de fijar acuerdos estables en los límites de los diferentes reinos de Europa. En segundo lugar, se ha de despojar a los príncipes del derecho a declarar la guerra, así como, eliminar las rivalidades nacionales a través de una correcta formación de los pueblos incluyendo, un adecuado conocimiento sobre los vecinos. Para finalizar organizar y arbitrar la diplomacia para solucionar cualquier enfrentamiento que surja, 

En mi opinión el núcleo de toda guerra se hallaba en última instancia en las pasiones de los hombres, sobre todo, con respecto a los poderosos y las masas, siendo la guerra algo irracional debido a que su fin no tiene utilidad alguna, además, se ha de tener en cuenta la avaricia por parte de los monarcas de los Estados Modernos, que solo buscan aumentar sus territorios, cuando deberían ser consciente de que la grandeza de un reino proviene de su prosperidad y no de su extensión. 

Ha llegado "El príncipe de los humanistas"

Corría el año 1466 cuando comenzó mi vida, un buen 28 de octubre de ese mismo año, nací en la ciudad de Rotterdam y no vería la "luz de...